Cada domingo a la misma hora...

Cada domingo a la misma hora confirmo que no todo esta perdido, que si bien es cierto que en estos días abunda la violencia, que ha llegado inclusive a invadir este pedacito de tierra… nuestro paraíso del caribe y la indiferencia la vemos a diario, con personas a quienes no les importan si las cosas siguen igual, o si mejoran o empeoran y para completar el menú el egoísmo forma parte del plato fuerte, de esta fusión tan de moda, las cuales hacen que por momentos nos preguntemos a donde iremos a parar. Cosas que pasan a nuestro alrededor que muchas veces nos entristece, porque este es nuestro presente que va tallando poco a poco nuestro futuro.
Cada domingo a la misma hora disfruto la felicidad de otros, el momento donde se hacen realidad sus sueños, o más bien donde la realidad supera sus sueños. Veo como la mano de Dios toca la vida de personas a través de este programa, que de una forma u otra son merecedoras de una vida más cómoda en términos económicos; personas cuyas vidas son transformadas para siempre cuando son seleccionadas.
Me llena de satisfacción saber que este grupo trabaja para brindar amor, bienestar y alegría con un desborde de generosidad. Un programa lleno de sorpresas para aquellos elegidos, pero saben que? Aquellos que dan reciben también, porque en cada entrega los que llevan ese milagro se llenan de satisfacción al ver la emoción en la cara de cada niño… de cada integrante de familia.
Y yo por mi parte cada domingo a la misma hora confirmo con mis ojos nublados, que no todo esta perdido, que aún quedan personas de buen corazón y con deseos de hacer felices a otros.