Felicidad

Hoy me alegré mucho al enterarme de que eres feliz, de hecho nunca he dudado de que lo hayas dejado de ser.
El sabor amargo solo lo experimentamos aquellos quienes fuimos victimas de la avaricia, léase las víctimas… no el victimario.
Además, me dio gusto confirmar que no me he equivocado, la falta de vergüenza les permite vivir felices y con la frente en alto, pretendiendo ser honrados.
Pero, pueden ustedes volver a la tierra que los vio nacer y pasear por sus calles sin sentir temor?
Podrían pronunciar sus nombres en este pedazo del Caribe, sin que haya alguien que les reconozca y les señale?
Yo soy realmente feliz, porque salgo de mi país de vacaciones y no huyendo, porque regreso cuando quiero, porque puedo compartir con mis amigos de ayer y de hoy sin ningún tipo de temor, sin borrarlos de mi Messenger, sin bloquear ciertos contactos, porque la vergüenza te acosa… o más bien sería para que simplemente no les acosen con los cobros, porque Vergüenza no hay.
Soy feliz porque no tengo que cambiar de trabajo, por haber mordido la mano que me tendieron, porque no tengo que cambiar de residencia para no ser encontrada y sobre todo porque Dios que todo lo sabe y que es justo, nunca nos ha abandonado y cuando tuvimos ese sabor amargo, Él nos dio a beber consuelo de sus propias manos. Cuando pensamos que nos habían dejado en la quiebra, Dios nos ayudó a levantarnos de nuevo.
Dios es amor, es perdón, es justicia, es luz, es más de lo que una simple mortal pueda escribir en un papel.
Yo por mi parte les perdoné, mas no comparto su estilo de vida.