The Blues

Su llanto estaba lleno de dolor, cargado de pena y sensación de abandono.
Era como un reclamo y con justa razón. Más bien sonaba como un blues que cantaba su aún pequeña alma, tiñendo la noche de color tristeza. A su corta edad, ya sabe lo que es la ira causada por la impotencia. Conoce con detalle los movimientos que anuncian lo peor.
Mas no esta solo… lo acompaña la soledad.
No hay juguetes ni muñequitos, ni comida preferida que distraiga esa sensación de vacío en su corazón. Más de una vez le han prometido regresar temprano, pero él sabe con certeza que no la verá hasta la mañana. Ha tratado de esperarla, pero ese sueño, más fuerte que su voluntad, siempre gana.
Se promete a sí mismo, que cuando sea grande, él será quien venza al sueño.
Mientras… con la vista nublada, con un nudo en la garganta y su lamento desgarrador, acompaña con la vista a su madre, quien desaparece tras la pared, para cumplir con un compromiso importante, tan importante, como para dejarlo atrás con dolor de su alma.
-“Perdón, lo siento, regresaré temprano, solo será un rato, vete a dormir.”
Es una reunión muy especial, es sábado por la noche, mis amigas me esperan, no hay que hacerlas esperar.